El panorama político actual se resume en que, si no es corrupción, al menos es una comedia de errores con tintes mafiosos.
El coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López, se ha convertido en el epítome de las prioridades legislativas, al ser captado in fraganti disfrutando la Champions League (Barcelona vs. PSG) en su tableta, audífonos puestos, mientras el Secretario de Hacienda (Édgar Amador) comparecía sobre las finanzas del país. Este desinterés estratégico ocurre justo cuando está "en el ojo del huracán" por el escándalo del "huachicol fiscal" (que Hacienda prefiere llamar "contrabando de hidrocarburos") y por su "hermano postizo" en el Senado.
Adán Augusto (el "patrón del circo" según algunos) ha generado un "desgaste mediático" al intentar justificar sus ingresos millonarios (79 millones de pesos no reportados) declarando, con una envidiable labia, que son producto de ser un "exitoso ganadero" y notario. Además, sostiene que jamás se enteró de que Hernán Bermúdez, su exsecretario de Seguridad en Tabasco, era también el líder del grupo criminal "La Barredora". ¡Si a la "inteligencia más señera del siglo XXI" (López Obrador) se le coló un mafioso, cómo no habría de colársele a su contlapache!. Algunos columnistas sugieren que, dada su fascinación por las mafias (fue visto leyendo Los valientes están solos de Roberto Saviano), este "pato rengo" podría pronto tener que elegir entre "una celda o el exilio".
Para desviar la atención de este "tsunami de complicidades", la Presidenta Claudia Sheinbaum decidió enfocarse en la oposición. Ella justificó la expropiación de terrenos en Campeche, propiedad de familiares del líder priista "Alito" Moreno, alegando que fueron adquiridos con "lavado de dinero y corrupción". Esto es visto por Moreno y otros como una "venganza política" y un "distractor" del huachicol fiscal. Alito, ni tardo ni perezoso, amenazó con denunciar a la Presidenta por difamación a nivel nacional e internacional. ¡Señalamientos probados contra los suyos se escudan en que "no hay pruebas," pero contra la oposición, basta un rumor presidencial!.
Como colofón, la Presidenta propuso eliminar el fuero (inmunidad) de los legisladores, "porque eso es cosa del pasado", un anuncio que se da en un momento extremadamente conveniente.
Mientras tanto, el Senado utilizó su "aplanadora" para aprobar la reforma a la Ley de Amparo, una norma que la oposición ya rebautizó como la "Ley de Desamparo", pues aseguran que "blinda" y "fortalece a las autoridades" sobre el ciudadano, limitando la defensa contra "abusos del poder". El totalitarismo, por supuesto, requiere una Ley de Amparo que proteja al Estado. Los nuevos ministros del Poder Judicial, por cierto, están en un "proceso de aprendizaje" y se les debe tener "paciencia", ya que son vistos como "jueces acordeón" que fácilmente ceden a la presión política.
La Cuarta Transformación, en su segundo piso, parece haber consolidado el poder, convirtiendo los contrapesos en vítores y demostrando que, en México, la omisión es delito, excepto cuando beneficia a los intocables.