¡Ay, mis queridos "prohombres de la patria"! Los supuestos defensores de nuestra soberanía parecen tener el valor de un gatito mojado cuando se trata de visitar el "imperio" de Donald Trump. ¡Qué miedo tan mayúsculo!
Imaginen la escena:
- Desde 1960, se peleaban por ir a las interparlamentarias en Washington, San Francisco, o Nueva York. Era la oportunidad de oro, el viaje de egresados de la política, supongo.
- Pero ahora, con un encuentro que estaba programado desde el ya lejano 15 de mayo de 2025, ¡no hay ni un solo voluntario! Ni los coordinadores, Adán Augusto López y Ricardo Monreal Ávila, esos pilares de la presencia en eventos, se atreven a apuntarse. Parece que la alfombra roja y la visita al Jardín de las Rosas de la Casa Blanca (como con Jimmy Carter en los "buenos tiempos") ya no son suficiente incentivo.
¿Y cuál es el gran terror que acecha a nuestros valientes legisladores? Pues, la política antiinmigrante del presidente Donald Trump aterra hasta a nuestros diputados y senadores. Pero la cosa se pone aún más "interesante" cuando el miedo se extiende a la persecución de muchos mexicanos, desde narcotraficantes hasta políticos señalados por relaciones, reales o supuestas, con el crimen organizado. ¡Vaya, qué sorpresa! Uno pensaría que los "garantes de elaborar leyes" tendrían sus papeles en orden.
En fin, parece que la tradición de revisar la relación bilateral y promover reformas en beneficio común tendrá que esperar. Y pensar que, en 1980, Joaquín Gamboa Pascoe tuvo la audacia de "lagotear" a Jimmy Carter con un discurso que nada tenía que ver con defender el patrimonio nacional, sino con la toma de la embajada de EE. UU. en Teherán. Quizás era más fácil "fustigar" a Irán que defender los intereses petroleros de México, ¿quién sabe?
Ahora solo queda preguntarnos cuándo se juntarán los suficientes voluntarios para llevar el "discurso de la soberanía" ante un Congreso dominado por los republicanos. ¡La nación entera, o al menos el PAN, está esperando desde febrero!