¡Malas noticias para el crimen organizado mexicano! Les acaba de salir competencia, y no cualquier cosa, porque nace enorme y es bastante difícil para ellos declararle la guerra, se trata de la Cuarta Transformación: el glorioso Cártel de los AMLITOS. Su característica principal es la coordinación de diversas instituciones del Estado, el crimen organizado de siempre y, por supuesto, el partido oficial, Morena. El fin de este esfuerzo supra-partidista es la noble concentración de poder.
Bajo la visión de este gobierno, el Estado se ha transformado en una "poderosa y multitentacular empresa criminal". La trama del llamado huachicol fiscal es una obra maestra de la administración: una "vasta operación de Estado" que logró poner a trabajar en armonía a la Marina, la Secretaría de Energía, Pemex, Hacienda, las Aduanas, la Guardia Nacional, el Ejército, dos gubernaturas (Tamaulipas y Tabasco), el Cártel Jalisco Nueva Generación y Morena. ¡Solo falta incluir a la SEP para que otorguen certificados de eficiencia en el fraude!
Para montar esta titánica red, se requirió un poder tan inmenso que ningún secretario de Estado lo posee. Solo el Ejecutivo federal, el "señor presidente", tiene la capacidad de ordenar a las Fuerzas Armadas, Hacienda y el partido oficial que se coordinen para este fin altruista. ¡Qué alivio saber que la cabeza de la nación es tan eficiente en la gestión de redes criminales!.
El proceso es tan transparente como brillante: la gasolina, con permisos de importación de la Sener, es transportada por tierra con el auxilio del Ejército y por mar con la "venia de la Marina". Las Aduanas, siempre dispuestas a servir, permiten la entrada del contrabando. La Guardia Nacional supervisa su distribución. Y, lo mejor de todo, se vende al gobierno para las obras magnas: AIFA, Dos Bocas, Tren Maya. El dinero, tras un reguero de sobornos, es estratégicamente usado para que Morena financiara sus campañas. ¡Se trata del "mayor fraude a la nación del que se tenga noticia"!.
Mientras el círculo rojo ya se enteró de esta inmensa magnitud, la oposición sigue dormida en sus laureles. Pero no hay que culpar a nadie, pues la sociedad está felizmente embrutecida por La Casa de los Famosos y cómoda con sus becas del bienestar. ¡La distracción es la mejor política de protección!.
Un detalle menor es que el hijo del expresidente aparece mencionado varias veces en el expediente, a pesar de que la actual presidenta se esfuerza en mentir para encubrirlo. ¡Qué maravilla tener un padre con el control de las Fuerzas Armadas y, ahora, con dominio al Poder Judicial!.
Ahora, la presidenta Sheinbaum, que fue convenientemente instalada en el cargo por el capo, se enfrenta a ese inmenso iceberg de corrupción. Siguiendo la gloriosa tradición del Titanic, ella prefiere esquivar el choque porque, ¡oh, sorpresa!, a bordo del barco va el capo del Cártel de Palenque. La analogía es clara: al esquivar el golpe, el iceberg rajó el costado del barco y este se hundió. Así que, la impunidad crecerá, y el renovado Poder Judicial seguramente se supeditará a los intereses del partido al que le debe el puesto. ¡Todo por el bien de la transformación!